Carlos Marentes
Hace varios años me reencontré con V. I. Lenin a raíz de un viaje a Seattle. Entonces vivía ahí mi hijo, así que me llevó a conocer a sus amigas y amigos y las partes más interesantes de la ciudad. El sitio que más me agradó e impresionó fue un triángulo, rodeado de coffee shops, en el barrio Fremont, que alberga la figura de uno de los revolucionarios rusos más importantes de la historia. En esa esquina, frente a una fonda de tacos, se encuentra una impresionante estatua de Lenin. ¡Algo increíble! La estatua estaba adornada con flores, fotos y otros tipos de recuerdos de mucha gente que no lo había olvidado.
Como resultado de ese reencuentro, regresé a los libros que había abandonado muchos años atrás, cuando me fui quedando solo en su lectura. La mayoría de mis amigas y amigos de esa época se habían enfrascado en un pleito visceral e inútil (estalinistas vs. troskistas) y se habían distanciado de la teoría revolucionaria de Lenin.
Algunos hasta me regalaron sus libros, unos en muy buenas condiciones por cierto, como si nunca los hubieran usado, otros muy desgastados, rayados por todos lados y con muchas anotaciones marginales, esto ultimo muy útil para mejor comprensión de lo que se está leyendo.
Como sea, ellos ya no los necesitaron porque, o se volvieron neoliberales, o mejor se fueron a dirigir ONGs y programas contra la pobreza donde tienen buenos sueldos.
El punto es que después del reencuentro en Seattle, del regreso a las enseñanzas de Lenin, ahora he tenido la suerte de leer “Lenin y la Revolución” de Jean Salem, publicado por Ediciones Península en español hace unas semanas. En este libro, publicado originalmente en francés (Lènine et la rèvolution), Salem, que es profesor de la Sorbona, expone las seis tesis de Lenin, resultado de un “examen sistemático” de sus obras completas. Todo el libro está dedicado a elaborar dichas tesis, que son:
1. La revolución es una guerra, y la política es, de manera general, comparable al arte militar.
2. Una revolución política es también y sobre todo una revolución “social”, un cambio en la situación de las clases en las que se divide la sociedad.
3. Una revolución está hecha de una “serie” de batallas; corresponde al partido de vanguardia facilitar en cada etapa una consigna adaptada a la situación objetiva; a él incumbe reconocer el momento “oportuno” de la insurrección.
4. Los grandes problemas de la vida de los pueblos se resuelven solamente por la fuerza.
5. Los socialistas no deben renunciar a la lucha a favor de las reformas.
6. En la era de las masas, la política comienza allí donde se encuentran millones de hombres, incluso decenas de millones.- Desplazamiento tendencial de los focos de la revolución hacia los países dominados.
En estos momentos de crisis sistémica pareciera que muchos sectores de la izquierda no están muy claros de para dónde es la salida. Creo que ayudaría mucho leer el libro de Jean Salem y si la complicada vida moderna lo permitiera, regresar a las fuentes de las tesis.
Así que quisiera comentar brevemente la tesis número cinco, aunque es claro que las seis tesis están conectadas entre si mismas y se requiere de una lectura más completa.
El dilema actual se presenta de si seguimos en la lucha por reformas, que no nos han llevado a ningún lado por cierto, o vamos hacia un esfuerzo por cambios más profundos. Así que las preguntas que se hacen, sobre todo dentro de las llamadas ONGs son: ¿Qué hacer con la crisis del sistema? ¿Tratamos que por medio de reformas trabaje a nuestro favor o tiene que ser transformado?
Salem nos explica, en la tesis número cinco, que Lenin repetidamente señaló que ante el dilema de la lucha por reformas, el verdadero revolucionario no debe perder “la cabeza y la facultad de reflexionar con un mínimo de sangre fría y de lucidez”, citando a Lenin,
…“de sopesar y comprobar con la mayor serenidad y sensatez en qué momento, en qué circunstancias y en qué terreno hay que actuar en lo revolucionario y en qué momento, en qué circunstancias y en qué terreno hay que saber pasar a la acción reformista…”
Porque lo más importante, explica Salem, es no perder de vista que
“Lo que distingue un ‘cambio reformista’ de un cambio ‘no reformista’ en un régimen político dado en general es, afirma Lenin, que en el primer caso el poder queda en manos de la antigua clase dominante y, en el segundo, el poder pasa de las manos de esta clase a las de otra nueva.”
Y además, que
“Las reformas son concesiones consentidas por la clase dominante que sigue manteniéndose en el poder…”
En otras palabras, la clase dominante es capaz de concederlas con tal de salvar el pellejo, es decir, con tal de preservar el sistema capitalista. Como dicen cínicamente los gobernantes y los políticos profesionales, hacer cambios para que nada cambie…
Por otra parte, lo poco o mucho que se obtiene de la lucha por reformas es importante porque sirve para enseñar a los oprimidos a luchar y a organizarse para resolver sus problemas, pero además y principalmente, para concientizar sobre la naturaleza misma del sistema y de que por lo tanto, la lucha por reformas no debe ser el fin.
Entonces, no tenemos que abandonar la lucha por reformas, por el contrario, pero la lucha por reformas no debe ser la estrategia, sino la táctica de una estrategia que va más allá de las reformas.
Así lo entiende además la clase dominante, para la cual la concesión de reformas también tiene sus objetivos tácticos.
Salem señala que “los revolucionarios no deben olvidar jamás que”, de acuerdo a Lenin,
“a veces es el propio enemigo el que cede una determinada posición con el fin de dividir a los atacantes para batirlos mejor. No olvidarán jamás que, sólo si se tiene siempre presente ‘el objetivo final’, sólo si cada paso del ‘movimiento’ y cada reforma parcial son valorados aisladamente, desde el punto de vista general de la lucha revolucionaria, se podrá librar al movimiento de pasos en falso y errores ignominiosos.”
Naturalmente que cuando hablamos de luchar por reformas como táctica para avanzar la estrategia, no nos referimos a la política perversa de sectores que se llaman de izquierda y que han encontrado en el sistema electoral el lucro personal y la traición a los intereses de la clase oprimida. No, cuando hablamos de lucha por reformas hablamos de salarios dignos, de derechos para todas y para todos, de la defensa de la tierra y de los recursos naturales, en fin, hablamos de todas las luchas que nos sirven como un empujoncito más hacia la estrategia del cambio real.
La lucha por reformas requiere claridad, honestidad y sobre todo, la practica constante de la ética revolucionaria como nos enseñó Lenin. Por tanto, estamos justo a tiempo de regresar a Lenin, de regresar a estudiar sus tesis, si es que de verdad pretendemos cambiar el mundo…
Links:
Sobre la estatua de Lenin en Seattle: http://en.wikipedia.org
Para una probadita del libro de Jean Salem: www.kaosenlared.net
Para conseguir Lenin y la Revolución de Jean Salem: www.casadellibro.com
Gracias por su Blog y gracias por el link para conseguir este libro.
Gracias a usted, Erica, por visitar el blog y por sus palabras…
Soy Martín, desde España, la verdad es que querría comentarle que milité un tiempo en la organización Lucha Obrera, pero las desavenencias entre los compañeros hicieron que el proyecto, cuando mejor estaba en Sevilla, se viniera abajo.
A partir de ahí dejé de creer en dogmas como el leninismo, el trostkismo o el anarquismo, tal y como se concibe en las organizaciones que los defienden.
Por ahora, me considero un simple rojo y utilizo el marxismo o el materialismo histórico como un simple método para llevarlo a la práctica, es decir, a la acción; y hace ya un tiempo que no me preocupo del método en sí, es decir, si es perfecto o no, así que sólo me dedico a intentar aplicarlo.
Me gustaría preguntarle más cosas sobre México y la situación en ciudad Juárez y como está por allí la «cultura socialista».
Un saludo, mi correo personal es martinriedeporres@gmail.com
Un saludo
Estimado Martin,
Gracias por sus comentarios, son bien recibidos. Espero que algunos de nuestros visitantes de la izquierda de Ciudad Juárez y el resto de México se comuniquen con Ud. (a través de su email) para entablar un diálogo sobre el estado de la “cultura socialista”.
Le mando un saludo fraternal con mis deseos de muchos avances en su lucha.
Carlos
Estimado Martin,
Gracias por sus comentarios, son bien recibidos. Espero que algunos de nuestros visitantes de la izquierda de Ciudad Juárez y el resto de México se comuniquen con Ud. (a través de su email) para entablar un diálogo sobre el estado de la «cultura socialista».
Le mando un saludo fraternal con mis deseos de muchos avances en su lucha.
Carlos
Estimado Carlos, me gustaría conocer algo más sobre los movimientos y las luchas sociales que se están produciendo actualmente en México.
He leído en su blog la información sobre Sindicato Mexicano de Electricistas y querría saber algo más.
Querría conocer además cómo está afectando la crisis económica capitalista y cuáles han sido las medidas anticrisis que han planteado las organizaciones políticas, sindicales y sociales de izquierda.
Un saludo.
Martín, estoy escribiendo algo sobre la crisis y su impacto en los trabajadores. Espero subirlo pronto.
Saludos fraternales.